CUANDO LA CÁRCEL PODRÍA SER IRREAL

‎Víctor González‎ 

CUANDO LA CÁRCEL PODRÍA SER IRREAL

Contaba en mi anterior artículo “CUANDO LA CÁRCEL ES REAL” cómo el sistema se protege y protege a los suyos.

Parece evidente que Iñaki Urdangarín ingresa en una cárcel hecha a la medida de sus necesidades, y remodelada a la de su alta alcurnia. Nada nuevo hasta ese punto. Los medios por su parte se han empeñado ayer durante todo el día y desde bien temprano, –él así lo ha elegido seguramente bien asesorado al respecto— en hacernos ver que todo estaba revestido de la normalidad más absoluta: ciudadano raso que ingresa en prisión, aunque ni él sea raso, ni la prisión tampoco.

Pero hete aquí que la globalización al servicio de la posverdad, también tiene la virtud de ir por libre, cada día más, y que la ciudadanía empieza a no creerse ya casi nada. La respuesta en las redes sociales no se ha hecho esperar y, mayoritariamente apunta, hacía que la justicia no es igual para todos, y que como las serpientes, acostumbra a morder a los que van descalzos.

El escándalo de una cárcel para él solo, sin contacto con otros reclusos con los que no compartirá prisión, es manifiesto mires por donde mires. El que todo haya sido concebido, para que su alta alcurnia no sea mancillada a través del roce con la plebe reducida y confinada en una cárcel de las normales, levanta clamores pero, el que esa situación tan especial y tan falta de testigos pudiera facilitar las salidas clandestinas de Urdabgarín de la cárcel, es algo de lo que ya habla mucha gente. ¿Será Iñaki el nuevo Conde de Montecristo? 

Este temor ha tomado carta de naturaleza y siendo razonable, evidencia sobre todo, la falta de confianza del pueblo en las instituciones que nos gobiernan. Siendo muy grave que, el que fuera Conde de Palma pudiera salir a hurtadillas, el que mucha gente lo de por muy probable es terrible. 

Así el paso de la cárcel real, a la Real y luego a la irreal, se convierte en un tránsito, que en puertas del verano y de la posible clasificación del recluso como de tercer grado, le podría poner disfrutando de permisos en la calle desde septiembre y sottovoce, si el clamor popular no es muy grande, y el nuevo Ministro del Interior Grande Marlasca lo aprueba. En contrario, la jugada de la que las redes se hacen eco estaría siempre ahí como último recurso. Conde de Montecristo 2.0



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