La monarquía, su constitución, sus leyes, no solo han manifestado su incapacidad para dar una solución democrática a las demandas del pueblo catalán y, en general, a los problemas políticos y demandas populares (corrupción, participación,…), sino también han sido incapaces de impedir y/o eliminar las penurias y sufrimientos de millones de personas. ¡¿Acaso su Constitución y leyes han hecho algo contra la pobreza y desigualdad crecientes?! ¡¿Contra el paro y la precariedad?! ¿Contra el exilio forzoso de centenares de miles de nuestros jóvenes? ¡¿Acaso han solucionado el problema de la vivienda?! ¡¿El problema de la vergonzosa corrupción?!
El Estado, sus instituciones, sus partidos,…, al cometer todas estas tropelías antidemocráticas, antipopulares, apelan siempre a la Constitución, a la legalidad, a la ley. ¡Pero es SU Constitución, SU legalidad, SU ley! Son ellos quienes las han hecho y quienes las aplican y utilizan (o se la saltan) en su propio provecho e interés, y en contra de las clases populares, de los pueblos. Ellos cambiaron la constitución en 15 días en beneficio de la usurera banca y en perjuicio de los servicios públicos y los ciudadanos poniendo toda la soberanía a los pies de la Unión Europea; ellos impidieron la aprobación de una ley de dación en pago; ellos aprobaron las reformas laborales que no han eliminado el paro y han condenado a cada vez más trabajadores a salarios de hambre; la reforma de las pensiones que obliga a nuestros mayores a trabajar más tiempo y cobrar menos; ellos hacen leyes fiscales que obligan a pagar más impuestos a los trabajadores, al pueblo, y menos a los ricos y grandes empresas; ellos aprueban el CETA;… ¡Ellos y sus leyes! ¿Y qué decir de la división de poderes? Una farsa. ¡Son SUS tribunales, SU Audiencia Nacional (herencia del TOP), SU Fiscalía!
La monarquía, su constitución y legalidad son la antítesis de la democracia, el dogal de los pueblos y la condena y asfixia de las clases trabajadoras, de la mayoría social.
La cuestión catalana y la crisis de la Monarquía ha cohesionado un bloque monárquico, capitaneado por sus agentes políticos (PP, PSOE y C,s), que está imprimiendo al régimen una deriva reaccionaria, filofascista, con todas las reformas legales que ellos llaman antiterroristas (ley Mordaza, etc) y que aplican con saña a quienes luchan por sus derechos. Su papel y actuación en Cataluña sienta un precedente y alecciona sobre la puesta en marcha de una Segunda Transición que intentarán llevar a término con una reforma constitucional, pero en un sentido regresivo, autoritario, para que el conjunto de los pueblos y clases trabajadoras sean derrotados durante años.
Debemos tener claro que solo se podrá hacer frente a ese bloque monárquico-reaccionario desde la unidad, desde la conformación de un bloque popular. En esta excepcional situación hacemos un llamamiento a todas las fuerzas democráticas, progresistas, de izquierdas, a trabajar por ese objetivo; a preparar la manifestación del 6 de diciembre “Contra la Constitución del 78 y por la República” para que sea un éxito y aldabonazo político; a promover y organizar, para agrupar fuerzas políticas y sociales, una consulta sobre la forma de Estado: ¿Monarquía o República?
Juan Ramón Gómez
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