CUANDO LA CÁRCEL ES REAL

‎Víctor González

CUANDO LA CÁRCEL ES REAL

Siempre ocurre lo mismo: antes de que las costuras a punto de reventar estallen, el sistema busca un sucedáneo de “todos somos iguales ante la ley” y con ello apacigua al populacho.

El sistema sí, ese entramado de hilos de poder manejado por unos pocos en beneficio propio, tiene hacia abajo innumerables escalones bien compartimentados, y convenientemente enlazados entre sí, y con los trasvases justos de información como para que todo se mantenga en pie.

El sistema dispone a sus piezas y los mecanismos por los cuales éstas se regirán, teniendo entre sus recursos la previsión de que en algún caso –ya vemos que muy pocos para el grado de podredumbre que nos asola—alguno de sus efectivos, hombres por lo general, acaben entrando en prisión.

Así por ejemplo, una de esas piezas utilizadas en su día fue Antonio Tejero, cabeza de ratón que se merendó el grueso del 23-F. Estuvo tejero un par de años en la prisión militar del Castillo de la Palma en el Ferrol. Sabemos que aquel eufemismo de prisión carecía de barrotes. Poner barrotes a 65 metros cuadrados, con cocina, varias estancias y baño incluso con bañera, le hubiera hecho perder el encanto
Con posterioridad fue trasladado al castillo de San Fernando en Figueras, y luego a la prisión de Alcalá, en la que las mariscadas y arroces castrenses eran sonados.

A Luis Roldán, otra ilustre pieza del sistema de las que se van de madre, le acabaron llevando a una cárcel que parecía construida a propósito para él. El ex director de la Guardia Civil ingresó en la cárcel de Brieva (Ávila) construida casi a propósito en el año 89. Dicho centro penitenciario de mujeres, por su catalogación de provincial, cuenta con un pequeño módulo separado y para albergar hombres, aunque en la señalética, se les ha olvidado incluir “ilustres”.

Así pues esa pequeña reclusión particular, muy grande para uno solo, será el nuevo destino del ínclito Iñaki Urdangarín. Allí no tendrá contacto con otros reclusos, por lo tanto permanecerá inmaculada su alta alcurnia, y parece que no van a faltarle comodidades. Durante los dos últimos años se han invertido en el hotelito, nada más y nada menos que 1,6 millones de €, en prevención de que éste fuera el posible destino del yerno del rey emérito, y cuñado del rey regente.

Una vez más el sistema protege a los suyos, y a cambio de omertá se cuida de que no les falte un perejil durante el tiempo, siempre mínimo, en que las costuras recuperan su tensión normal y soportable.
Cinco días escuchando de los medios que Urdangarín tenía libertad para elegir establecimiento penitenciario. Cinco días desviando el foco de que este destino estaba ya acondicionado para él. Los medios, ay los medios. Otra pieza más de los escalones inferiores del sistema.

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