sábado, 23 de abril de 2016

El cambio real se llama III República

El cambio real se llama III República
Manifiesto de la asociación Unidad Cívica por la República (UCR), abril de 2016

Conciudadanas, conciudadanos:

En torno a la fecha memorable del 14 de abril, la asociación UCR rendimos tributo a la proclamación de la II República española, acompañándoos en ello a miles y miles en todo el país y también allende las fronteras. Un tributo de verdad, justicia y reparación, para el momento histórico en que el pueblo, en esta tierra, ha sido más dueño de sus destinos. Hablamos, por supuesto, de la República. Un momento el cual ha de volver, y volveremos.



En tan poco tiempo, nunca se vio en España tamaño avance social y cultural, como con la República del 14 de abril.

Conquistaron las mujeres derechos esenciales, incluido el voto. La clase obrera ganó un poder como nunca antes, y tampoco luego, de la República. Por ejemplo, un estuquista llegó a Presidente del Gobierno en esos años. No ha vuelto a darse en nuestro país.

Respiraron las naciones de una España en común acuerdo, sin yugo centralista, ni el de las oligarquías locales; retrocedían conforme auroraba un federalismo de raíz fraterna.

Con igual espíritu, se tendieron puentes con las naciones iberoamericanas, ya entonces -como hoy- todas repúblicas. El fruto de ese acercamiento habría de verse no mucho después, aun en situación tan dramática como la del exilio español republicano, el cual aquellos países y sus pueblos acogieron con generosa humanidad. Sean estas palabras asimismo, un agradecimiento.

Con la II República, florecieron las artes, las ciencias y el pensamiento. Una edad dorada de la cultura. 

No hablamos, empero, de una arcadia: conflictos hubo, disputas, momentos graves en la política, y alguno en el orden público. Más la República proporcionó, en un tiempo áspero -como otro ahora vivimos- el marco mejor de convivencia democrática de la época. Unas reglas de juego justas. Por eso hubieron de destruirla, criminalmente, los ventajistas de cualquier laya, los amigos de lo ajeno, el expolio, el fascismo... 

No fue culpa de la República: fueron quienes, desde siempre, desde siglos atrás, se han negado por sistema, a que todos y todas podamos compartir los dones de la vida, del trabajo, de la salud y la dicha. De la felicidad. El compartir...

Hoy como ayer, la República lo significa. No es un problema de Gobierno cuanto tiene España: es de Estado; de construcción de un Estado social digno de tal nombre. Capaz de ser, en Democracia, el común que nos arrope y ampare.

En este día, reivindicamos una III República federal, laica, participativa y solidaria, como vía imprescindible para alcanzar las soluciones de los problemas de fondo que atenazan a la colectividad; la convivencia, el bienestar de un país, que principia por quienes, en su diversidad, lo habitan. Lo habitamos.

Para todos, el cambio real y hacia mejor se llama III República.

Somos activistas. En nuestra asociación -dicho sea con el debido respeto para aquellas organizaciones que en función de su estructura, los necesitan- no tenemos liberados, ni cargos retribuidos. Hay militantes de distintos partidos, sindicatos, colectivos y otras asociaciones. Y desde ahí, desde esa multiplicidad sinérgica, afirmamos con voz igual de clara: no está separado; no hay ninguna muralla que deslinde la labor a pie de calle, del trabajar también diaria y políticamente por una casa de todos y para todos, la III República española y federal.

Con sus vigas maestras, ejes constituyentes, contenidos. Por ejemplo: planificación económica merced a sectores estratégicos de titularidad pública; la economía participativa, y la Democracia igual, a todos los niveles. Los derechos sociales, federales y medioambientales, garantizados por una nueva Constitución republicana.

Igualdad de Género efectiva y afirmada asimismo en la nueva Constitución. Seguridad, dentro de ella, para la actividad de los partidos y sindicatos. Pluralidad. Políticas estatales de paz, con unas Fuerzas Armadas al servicio siempre de la República. Del pueblo y su defensa. No al de órganos antidemocráticos y neocoloniales.

Con ello, y un Estado que será laico desde el respeto, por ley, a la libertad de conciencia y confesión, la III República -federada en modo voluntario- significará la soberanía verdadera de nuestro país.

También hoy, en honor a la Democracia y quienes dieron su vida por ella, exigimos el fin de la impunidad del franquismo. El completo, definitivo, de curso legal... fin de la impunidad del franquismo, con la anulación de sus sentencias criminales y decretos que condicionan, aún hoy y de manera nefasta, los pilares de nuestro orden constitucional.

Y es ahí donde asienta la actual Monarquía española. Con origen franquista. Y por su concepción patrimonial del Estado, confusión de lo público y lo particular, un mal ejemplo visible, el cual va calando en toda la estructura de la sociedad.

No ha de extrañarnos pues la escandalosa corrupción. Y a su través, la precariedad, la pobreza, la quiebra. A fin de superarlo, la Monarquía debe ser abolida en España, tan inexorable como democráticamente. Resulta algo imprescindible, si cuanto se quiere es regenerar en serio nuestro país.

A la tarea, decisiva, animamos a todas las personas de bien; a las fuerzas laborales, políticas, culturales... A la ciudadanía. A la nación. Al pueblo.

Hacen falta urnas libres las cuales, de una vez por todas, remuevan ese obstáculo medieval, la Monarquía, abriendo así el camino -nunca fácil, pero que recorreremos juntos- hacia la vida digna, la justicia y la paz en nuestra tierra.

A ello contribuirá sin duda la III República.

¡VIVA EL 14 DE ABRIL! ¡VIVA LA REPÚBLICA!

Miguel Pastrana de Almeida
Presidente Unidad Cívica Por la República





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